Durante décadas, los trabajadores se han inclinado por modalidades de trabajo flexibles. A medida que la tecnología evolucionaba, daba a los empleados la libertad de trabajar desde casi cualquier lugar. Aunque el trabajo a distancia ya era cada vez más común, la pandemia obligó a gran parte del mundo a pasar a trabajar desde casa, casi de la noche a la mañana. Ahora, empleados y contratistas valiosos pueden querer trabajar desde lugares en los que la empresa puede no tener capacidad para pagar nóminas y prestaciones. Aunque esta «revolución de la mano de obra» da a los trabajadores la libertad que desean, los empresarios pueden incurrir en riesgos si no cumplen las leyes federales, estatales y locales.