Descubra los riesgos generalizados de la clasificación errónea de los trabajadores y proteja su empresa de costosas sanciones.
La clasificación errónea de los trabajadores se ha convertido en un problema crítico para las empresas de todos los sectores. A medida que los empresarios confían cada vez más en las soluciones de personal flexible, se enfrentan al riesgo creciente de clasificar incorrectamente a sus empleados.
Según estimaciones del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, aproximadamente entre el 10% y el 30% de los empresarios han clasificado erróneamente a sus trabajadores desde la década de 2000.
Como resultado, las empresas pueden incurrir en graves sanciones económicas, complicaciones legales y daños a su reputación. Aunque se ha prestado mucha atención a estas cuestiones en la economía colaborativa, es fundamental entender que este problema va mucho más allá de los servicios de transporte compartido y de reparto de comida.
El carácter generalizado de la clasificación errónea
La clasificación errónea de los trabajadores suele producirse cuando un empresario califica a un trabajador de contratista independiente, a pesar de que la ley lo considera un empleado. Esto puede acarrear importantes pérdidas salariales, de prestaciones y de protección jurídica para el trabajador afectado.
La clasificación errónea es frecuente en los sectores de gran intensidad de mano de obra en los que las mujeres y las personas de color, como los trabajadores negros, latinos y asiático-americanos/de las islas del Pacífico (AAPI), constituyen una gran parte de la mano de obra. Se trata de sectores como la construcción, el transporte, el comercio minorista, la hostelería y la sanidad.
La clasificación errónea puede producirse en casi cualquier industria, pero estos sectores tienden a presentar índices más elevados debido a diversos factores, como la naturaleza del trabajo, las prácticas de la industria y los intentos de algunos empresarios de reducir los costes laborales.
Casos sonados más allá de la economía colaborativa
Los problemas relacionados con la clasificación errónea de los empleados han dado lugar a importantes acuerdos financieros para algunas empresas bien establecidas:
- FedEx: El gigante del transporte acordó pagar 500 millones de dólares en todo el país para resolver una demanda de 2015 por clasificar erróneamente a los conductores como contratistas independientes.
- Microsoft: Tras una batalla legal de ocho años en 2000, el gigante tecnológico pagó casi 97 millones de dólares a trabajadores mal clasificados que deberían haber tenido derecho a prestaciones y opciones sobre acciones.
- Flowers Foods: Esta empresa estadounidense de productos de panadería pagó 55 millones de dólares a 475 de sus distribuidores de California que alegaron haber sido clasificados erróneamente como contratistas independientes. La empresa gastó entonces 50 millones de dólares para reconvertirse a un modelo de distribuidor asalariado.
- Arise Virtual Solutions: En enero de 2013, esta empresa de dotación de personal y soluciones de mano de obra resolvió una demanda colectiva por 1,25 millones de dólares tras ser acusada de clasificar erróneamente a más de 200 trabajadores de atención al cliente y soporte técnico referidos a clientes como contratistas independientes en lugar de empleados.
El alcance mundial de los riesgos de clasificación errónea
La clasificación errónea no es sólo un problema estadounidense. Países de todo el mundo están endureciendo la normativa y aumentando su aplicación:
- Reino Unido: La legislación IR35, introducida en 2020, tiene como objetivo evitar la evasión fiscal a través de la clasificación errónea. En un caso reciente, se condenó a un organismo público a pagar 36 millones de libras en impuestos atrasados debido a una clasificación errónea.
- Unión Europea: Una sentencia de 2017 del Tribunal de Justicia de la UE permitió a los trabajadores mal clasificados reclamar el pago de vacaciones atrasadas desde 1996, lo que aumentó significativamente la responsabilidad potencial de las empresas.
- Australia: El Tribunal Superior de Australia dictó en 2022 dos sentencias clave que establecen que las condiciones de un contrato son la consideración primordial a la hora de determinar si un trabajador es un empleado o un contratista. Anteriormente, la forma más común de determinar la clasificación de un trabajador era a través de una «prueba multifactorial», que evaluaba la relación comercial.
El alto coste de la clasificación errónea
Las repercusiones financieras de la clasificación errónea pueden ser graves para los empresarios. Pueden incluir:
- Pago retroactivo de salarios, horas extraordinarias y prestaciones
- Sanciones y multas de organismos reguladores
- Gastos legales y posibles daños a la reputación de la empresa
- Pagos retroactivos de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social
Además, los trabajadores pierden salario, los gobiernos federal y estatal pierden ingresos y los empresarios respetuosos con la ley que clasifican correctamente a sus trabajadores como empleados se encuentran en desventaja de costes frente a los empresarios que clasifican erróneamente a los trabajadores para reducir costes.
La clasificación errónea también puede provocar una disminución de la moral de los empleados, la pérdida de talento y un mayor escrutinio por parte de los organismos reguladores.
Por qué las empresas clasifican mal (a menudo sin querer)
Entre los motivos más comunes de clasificación errónea figuran los siguientes
- Desconocimiento de la evolución de la normativa
- Deseo de mantener la flexibilidad en la gestión de la mano de obra
- Idea errónea de que las prácticas antiguas son automáticamente conformes
- Complejidad de la legislación laboral internacional cuando se opera a escala mundial
Las empresas pueden ahorrar a corto plazo si clasifican erróneamente a sus trabajadores, ya que la contratación de contratistas independientes puede costar un 30% menos que la de empleados. Pero el ahorro suele quedar eclipsado por los riesgos legales a largo plazo y los gastos financieros si las empresas son descubiertas.
Con una aplicación cada vez más estricta a escala mundial, las empresas deben garantizar una clasificación adecuada de los trabajadores para evitar estas repercusiones.
Proteger su empresa
Para mitigar los riesgos asociados a la clasificación errónea, los empresarios deben:
- Realice una auditoría exhaustiva de sus prácticas actuales de clasificación del personal.
- Manténgase informado sobre la evolución de la normativa en todas las jurisdicciones en las que opera.
- Aplique políticas claras de contratación de contratistas independientes.
- Considere la posibilidad de asociarse con un experto en soluciones de personal y cumplimiento de la normativa.
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Al asociarse con People2.0, puede:
- Mitigar los riesgos asociados a la clasificación errónea de los trabajadores
- Garantizar el cumplimiento de la legislación laboral local
- Acceder a una reserva mundial de talentos manteniendo la flexibilidad
- Céntrese en las actividades principales de su empresa sin preocuparse por el cumplimiento de la normativa
No espere a que una costosa demanda por clasificación errónea ponga de manifiesto la importancia de clasificar correctamente a los trabajadores. Tome medidas proactivas para proteger su empresa y garantizar el cumplimiento de sus prácticas de gestión de la mano de obra.